A través de sistemas como TamTam podemos saber si tareas que hemos contratado a terceros se llevan a cabo.

La canguro, la cuidadora del abuelo, la chica de la limpieza, el profesor particular… todos gente de confianza, hasta que un día surge un problema… ¿Quién no ha tenido dudas a fin de mes a la hora de pagar por estos servicios? ¿A qué hora entra y sale realmente? ¿Le estoy pagando demasiadas horas? ¿Cómo podría enterarme si llega tarde?
Desde hace unos años, empresas públicas y privadas solicitan a sus proveedores de servicios de limpieza, atención domiciliaria y mantenimiento,  que se efectúe el fichaje persona a persona y que se disponga de alertas para reaccionar en caso de absentismo o retrasos. Dejar de limpiar una escuela puede ser un tema de poca importancia, pero dejar de alimentar a un anciano y no ser capaz de detectarlo, es ya más grave.
Para estos casos, hemos encontrado una de las soluciones profesionales de más amplia utilización en España, el sistema TamTam de la compañía Peixe Software. Se basa en algo tan sencillo como la recepción de llamadas telefónicas a la entrada y a la salida desde cada puesto de trabajo. De este modo por ejemplo, si TamTam espera una llamada de la persona que debe dar la medicación al abuelo, y esta no se produce, se generan alertas por email o sms a las personas que se indiquen, familiares, responsables de la empresa proveedora, o responsables de la administración pública afectada.
Este sistema de amplio uso a nivel profesional, se encuentra disponible también para uso doméstico por parte de cualquier particular a través de la página www.tamtamhome.com . Por un precio que oscila entre 1 o 2 euros al mes, es posible efectuar los controles de entrada y salida de cualquier persona que trabaje en casa, mediante un par de llamadas diarias sin coste alguno. Todo vía web, sin instalaciones y sin compromisos de ningún tipo.
Para facilitar la prueba y verificación de que todo funciona adecuadamente, el alta en el servicio se realiza con un periodo inicial gratuito de un mes. Lo pagas mientras te sirva de utilidad, y lo dejas de pagar cuando ya no lo necesites, o surja algo mejor.